La flor más linda de mi querer

¿Por qué llora? ¿No quiere irse? Pues… ¡Quédese!

Todavía no me atreví a abrir El país bajo mi piel por miedo a que Gioconda Belli me descubra, de nuevo, todo lo que dejé atrás. Todavía no me atreví a deshacer mi equipaje de mano por miedo a que salieran todos los recuerdos a la vez. Todavía no he leído ni una línea de mi libreta, por miedo a que todo el amor se derrochase locamente y no pudiera volver a recuperarlo.

Nicaragua es historia viva. Es gente luchando por sobrevivir, niños luchando por salir adelante, por romper el círculo maldito que reina como un fantasma encima de muchas familias. Managua es suciedad, es desorden, es ruido. Es peligro al salir a la calle, es el miedo que te meten en el cuerpo en cada minuto que pasas en la ciudad.  Pero Managua también es color, son sonrisas, es el barro que se te mete en los pies al andar. Es el camino de la vida y es la gente que te mira extrañada al pasar: ¿Qué hará un chele en esta ciudad tan olvidada?

Nicaragua sos vos, que me agarraste de la mano al cruzar la calle cuando yo esperaba que alguien me cediera el paso. Nicaragua sos vos, que me protegiste en la ruta 104 ante las miradas de unos extraños, sos vos que me enseñaste que, a la vida, hay que plantarle cara y, a lo imposible, darle un bofetón. Nicaragua sos vos, un paso adelante a la vida, que se planta frente al destino y le dice ‘hasta aquí hemos llegado’ y entonces escribes tu camino, el tuyo y el de nadie más.

Nicaragua sos vos, la historia viva, la inconformidad. Nicaragua sos vos, a la espera de la nueva revolución. Niracagua sos vos, la cara de de una generación que no se deja engañar por un populismo barato. Sos vos, que no está dispuesto que pisen a un pueblo que en su momento se levantó para derrocar a un opresor que parece que regresó. Sos vos y todas las miradas intensas, los abrazos regalados. Y quizás también algo que todavía está en el aire, quién sabe.

Nicaragua son ustedes, con sus miradas, sus sonrisas, sus ojos entelados en unas lágrimas que no son justas. Nicaragua son ustedes, sus camanances, los que se formaban justo después de separarnos en un abrazo eterno. Son los guiños de ojo furtivos, los saludos desde lejos, los besos, los enfados, aquellos lloros injustos que unos estúpidos les provocaron al irse. Nicaragua es su sudor, su intensidad del vivir.

Amo esa Nicaragua.

Nicaragua es pobreza, es sencillez, es humildad. Pero, ante todo, Nicaragua es
amor.

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