Amar és complejo. Para amar tienes que estar dispuesto a darlo todo. Pero el todo, muchas veces, es demasiado.
La realidad de las niñas de Casa Hogar no es fácil. Para nada. Todos sabíamos que llegaríamos a un rincón del mundo donde la precariedad y la pobreza es el día a día, el plato que muchos niños y niñas se encuentran en la mesa para desayunar, comer y cenar.
Pero hoy ha sido distinto.
Casa Hogar tiene la doble misión de hacer crecer las niñas, cuidarlas, amarlas, a la vez que crea una casa que todas las chicas deben sentir su hogar. Su hogar, aun que muchas de ellas no quieran estar allí. A la pobreza extrema de sus familias juega un factor más espeluznante, todavía: la mayoría de las chavalas han sufrido algún tipo de abuso sexual.
Nos abre la puerta por primera vez una chiquilla delgada que mira al suelo y no habla. Es fácil juzgar a simple vista, ¿verdad? Pero cuando lo haces aquí, siempre hay una historia detrás que te da una patada y te dice “si no conoces, no hables, ¡imbécil!”
Llega saltando otra muchacha. Tiene nueve años y una sonrisa en la cara tan grande que te hace sentir miserable. Poco a poco se acercan todas. Debe de haber casi treinta. Ríen, corren, barren el suelo, saltan como una chica de su edad en Lleida. Supongo que el día a día será más complejo que esto, pero la primera impresión que nos llevamos fue sorprendentemente habitual.
Bastaron nada más que los minutos de romper el hielo para recibir los pirmeros abrazos. Eran abrazos desnudos. Roces de piel sencillos, que te desarmaban. La inocencia de una niña, mezclada con la brutalidad de un ser humano miserable, que las ha llevado a ser bichos raros de la sociedad. La sinceridad en un gesto, el amor en estado puro. La gratitud de quien se siente querido. La demostración clara que, con todo esto, el ser humano puede seguir amando.
Amar es complejo. Pero cuando no tienes más opción, cuando el corazón te lo pide así, te abres. Y te das, das todo lo que eres. Sin nada que pedir. Amando hasta el extremo, a fondo perdido, porque es entonces cuando se halla la verdadera felicidad.
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