Rostros de Ceuta: desde Bélgica

Miraba el DNI. Ni siquiera un pasaporte, algo internacional que dejara margen a la intuición de alguna frontera.

No las hay.

Para mí: blanca y europea. Circulo sin problemas, cargo mi bolsa y nadie se preocupa por saber qué hay dentro.

Y ya. Sin màs.

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